Jugamos con los sabores. ¡Hay para todos los gustos!
Nos es difícil distinguir sobre todo el ácido y el amargo.
Pero lo hemos pasado genial.
Compartimos nuestros gustos y los respetamos.
¡Madre mía! Que de cosas hay en el oído hasta el centro. ¿Pues serán bien pequeñitos esos huesos? ¡Cuidado con gritar en los oídos a los compañeros, el tímpano sufre!
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